El Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz instala varios refugios para la fauna silvestre en Aberasturi y Bolivar
29/05/2023
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define la agrobiodiversidad como la variedad y variabilidad de animales, plantas y microorganismos que se utilizan directa o indirectamente para la alimentación y la agricultura, incluyendo la diversidad de las especies no cultivadas, como microorganismos del suelo, depredadores y polinizadores, que permiten la conservación de los agroecosistemas. La agrobiodiversidad tiene, por tanto, un papel fundamental en la seguridad alimentaria de la población, en el sostenimiento de la actividad primaria y en la conservación del suelo incrementando su fertilidad y salubridad.
La agrobiodiversidad es el resultado de la interacción entre el ambiente, los recursos genéticos y la gestión y el manejo a lo largo del tiempo. En este sentido, la Estrategia para la Conservación de la Biodiversidad del Municipio de Vitoria-Gasteiz reconoce el empobrecimiento sufrido por la biodiversidad propia de nuestros agrosistemas debido a los manejos derivados de la intensificación agrícola: el uso de herbicidas y otros productos fitosanitarios, el acortamiento de los ciclos de desarrollo, la homogeneización de las variedades de cultivo, la disociación de los usos agrícolas y ganaderos o la pérdida del contenido de materia orgánica del suelo.
Para atajar esta problemática, la Estrategia propone actuaciones para una mejor ordenación y fomento de la actividad agroganadera en simbiosis con una adecuada preservación de la biodiversidad. Y en esta misma línea trabaja el proyecto LIFE IP Urban Klima 2050 (LIFE 18 IPC 0000001) en el que participa el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz a través del Centro de Estudios Ambientales.
A finales del pasado invierno, en el marco de este proyecto y en colaboración con la Unidad de Anillo Verde y Biodiversidad, se llevaron a cabo sendas actuaciones en fincas de producción agrícola ecológica de Aberasturi y Bolivar. En la primera de ellas, se instalaron tres postes con dos cajas nido para quirópteros y una para páridos en cada poste; y tres refugios para erizos. En las fincas de Bolivar, se instalaron 15 cajas nido para aves insectívoras colgadas del arbolado de ribera dado que se trata de un entorno cercano a espacios forestales, mucho más atractivo para otro tipo de fauna como las rapaces o los murciélagos.
La función de las cajas nido es atraer a las distintas especies objetivo facilitando así la presencia de páridos y quirópteros en la cercanía de los cultivos. Tanto los páridos como los murciélagos de nuestro territorio son especies insectívoras que colaboran en el control de plagas dañinas para los cultivos. Un murciélago puede comer hasta 1.200 mosquitos por hora alcanzando un consumo equivalente a su peso corporal en una noche. Además, los postes, con siete metros de altura, pueden ser utilizados como posaderos para aves rapaces que también tienen su función de control biológico de animales dañinos para la producción hortícola. Uno de los factores limitantes identificado por las productoras de Aberasturi es la presencia de roedores que comen la parte aérea de las plantas cultivadas a la vez que cavan galerías con lo que se daña también la parte radicular, fundamental para el correcto desarrollo del cultivo. Tanto los erizos como las rapaces diurnas (cernícalo) y nocturnas (mochuelo, lechuza) son animales que se alimentan, entre otras cosas, de pequeños roedores colaborando de esta manera a limitar su expansión poblacional.
Estas actuaciones, aunque de pequeño impacto a escala global en lo que se refiere al incremento de la productividad agrícola, cumplen una función ejemplarizante que da visibilidad a las posibilidades que ofrecen las soluciones basadas en la naturaleza. Y ponen de manifiesto que es posible otra forma de producir alimentos para avanzar hacia un sistema agroalimentario descarbonizado, respetuoso con el entorno natural y sostenible tanto económica como socialmente.